La profesión del Despachante de Aduana se ha modificado sustancialmente y con gran velocidad en los últimos 20 años. Ha evolucionado con las constantes modificaciones normativas, los adelantos tecnológicos, las tendencias geopolíticas y comerciales del mundo.
Volver a posicionar nuestra profesión en el centro del comercio internacional, es imprescindible a efectos de anticipar escenarios, detectar oportunidades, minimizar riesgos, proyectarla y sostenerla proactivamente en función de lo que vendrá. Esto solo se podrá lograr diseñando e implementando planes y programas a mediano y largo plazo, que obtengan como resultado, lograr ser interlocutores válidos con los organismos públicos y privados.
Es absolutamente necesario contar con una estrategia integral de comunicación para difundir nuestra existencia y actividad. Esta comunicación debe extenderse hacia afuera de la Institución y también hacia adentro: El CDA le pertenece al socio y el socio debe estar y sentirse vinculado con la institución y con los organismos relacionados al comercio exterior. Debe ser escuchado y nutrir a la profesión con las experiencias, proyectos y soluciones, que cada uno de los colegas puede y desee aportar para hacer realidad lo que necesitamos: que el Centro SEA de Todos.
El Centro es una institución nacional y así debe funcionar. Reafirmamos el compromiso con un federalismo genuino, por la igualdad de derechos, oportunidades y representación para todos los socios del país
Hoy, con la multiplicidad de medios al alcance de todos, ya no hay excusa para que nadie quede fuera de una participación activa y permanente.
La defensa eficaz de la profesión y sus intereses requiere del compromiso institucional con una representación firme, sólida, técnica y constante frente a los diferentes actores del comercio internacional. La participación y la voz de la institución deben ser tomadas como protagonistas principales y referentes en todas las mesas de diálogo vinculadas con el comercio exterior.
El dinamismo es la constante en nuestra profesión. Para brindar un servicio de calidad, debemos estar permanentemente actualizados, ya sea en cuanto a normativa, operativa y también a los vaivenes político-económicos nacionales e internacionales. La formación y la capacitación son los pilares fundamentales que deben desarrollarse y no quedar en meras intenciones.
La razón de ser del CDA es servir al socio. Para ello debe desarrollar una gestión centrada en la solución de los problemas estructurales de la profesión, tendiente a la simplificación de los trámites y también a brindar herramientas concretas de facilitación.
El Centro necesita recursos que permitan su eficiente funcionamiento. Para ese fin, necesitamos fortaleza y estabilidad económica, que se logran preservando los activos, generando ingresos genuinos, desarrollando una administración responsable cuidando con excesivo celo los fondos que son de los socios.
Es imprescindible generar espacios de desarrollo, jornadas de intercambio profesional, fortalecimiento de vínculos con otros actores del Comex propiciando que estos encuentros puedan convertirse en oportunidades tanto para el networking profesional como para una mayor y eficiente difusión de nuestra actividad.
El CDA necesita evolucionar para estar a la altura de los nuevos tiempos.
No se trata de cambiar por cambiar, sino de adaptarse con inteligencia, estrategia y visión de futuro, para que siga siendo un referente válido y funcional a los despachantes de aduana en todo el país.
La transformación debe ser cultural: el CDA debe dejar atrás modelos verticalistas, burocráticos y cerrados, avanzando hacia una institución más horizontal, ágil e inclusiva, abierta al diálogo y la innovación.
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